Como anunciamos en Touch Gloves el combate del menos malo de los Klitschko fue aburrido hasta el hastío. No es ya que sea superior a sus rivales, ni que éstos renuncien a ponerle en dificultades o que no puedan o que no sepan hacerlo; es que la división de los pesados es soporífera hasta el dolor.
Se nos hace difícil de entender cómo hay quien coloca al paquebote este entre los diez mejores del mundo libra por libra. Es más grande, es más fuerte, es más largo que sus rivales, pero éstos tienen un escaso nivel para solventar esas desventajas… Porque nadie ha dicho que sea más técnico que sus rivales, o más rápido, o que boxee mejor o más inteligentemente. Entonces, ¿por qué nominarle en tan selecto club como el de los diez mejores kilo a kilo?
Dicho lo que antecede, el combate de Mayweather ante Guerrero fue mucho más divertido. No decimos ni por asomo que fuera un gran combate, pero sí mucho más ameno de ver que el del ucraniano.
Mayweather salió a mantener la distancia y a mantener a Guerrero en su sitio, y a base de derechas limpias (como las mañanas de primavera) fue ganando asalto tras asalto. Cuando se cansó de colarle manos por el frente al zurdo Robert Guerrero, arriesgó con ese crochet largo de derecha que tan buenos resultados le dio con Cotto, sin olvidarse de esquivar, desplazarse, y bloquear los no muy constantes golpes que le llegaban. Aunque es justo reconocer que ha perdido un punto de velocidad, quizá por la edad y por sus largas ausencias de los cuadriláteros en las grandes citas.
El hombre de la esquina del mexico-americano nos pareció un impresentable. Mucho sombrerito Al Capone, pero a un combate hay que presentarse con los deberes hechos, cuando más si se trata de un campeonato del mundo. Las fanfarronadas en el cara a cara previo al combate (nos pareció que llamó «puto» a Roger Mayweather), el decirle a Guerrero hacia el octavo asalto que le pegara fuerte, como si el chaval no lo supiera de antemano, o insistirle en que aplicara un único golpe (el uppercut, suponemos que de izquierda, aunque el del sombrero usaba su mano derecha), o el engallarse al final del combate cuando veíamos un Guerrero marcado en su rostro y un Mayweather con la cara limpita, nos ha dejado una imagen lamentable de este individuo.
Pretendían en la esquina de Guerrero que el corte en su ceja izquierda fue producto de un codazo, cuando nos pareció que fue motivado por el primer crochet de derecha largo de Mayweather (lo mismo nos equivocamos). Todo lo dicho nos hace sospechar que de boxeo algo deben saber para estar en ese rincón, pero que no demostraron tener categoría para presentarse en una gran gala como la de la noche pasada.
Nos queda pedir y exigir a Mayweather y a Rigondeaux que sigan apuntalando sus éxitos con esa forma inteligente y elegante de boxear. Ya estábamos hartos del boxeo macarra, ese que se basa en plantarse en el centro del ring, o donde cuadre, a intercambiar golpes hasta que uno cae o se corta y el árbitro se ve obligado a intervenir. Se puede ir adelante al intercambio de manos en un momento puntual, o ejercer presión constante, pero tratando siempre de evitar las contras del rival. Comerse los puñetazos uno detrás de otro no es boxeo, o no al menos el boxeo que nos gusta.
[…] hemos posicionado anteriormente en esta bitácora en contra de lo que hemos dado en llamar “boxeo macarra“, una forma de pelear en la que ambos contendientes se colocan frente a frente para lanzarse […]