No tenemos libro de estilo

¿Pero qué es un libro de estilo? Pues un documento donde un medio de comunicación (comunicación de información o comunicación de opinión) declara sus intenciones, establece sus normas deontológicas y busca la uniformidad en la composición de los textos publicados. Lo explican mejor en la Wikipedia en su entrada Manual de estilo, que es lo mismo que libro de estilo.

Y nosotros no tenemos libro de estilo porque no somos tan importantes como los de El País, diario conocido desde su fundación por su declarada guerra al mundo del boxeo (y suponemos que a todos los deportes de combate). Veamos lo que dice el libro de estilo de El País en su undécima edición de 1996:

TÍTULO I: PRINCIPIOS
Sección 1: Política editorial
1.4. El periódico no publica informaciones sobre la competición boxística, salvo las que den cuenta de accidentes sufridos por los púgiles o reflejen el sórdido mundo de esta actividad. La línea editorial del periódico es contraria al fomento del boxeo, y por ello renuncia a recoger noticias que puedan contribuir a su difusión.

Lo dicen ellos en su libro de estilo (PDF), como podéis comprobar yendo a la página 12.

Esta actitud ha provocado burlas y quejas a lo largo de los años, pero la férrea dirección de El País no ha modificado ni un ápice su torticera autocomplacencia ofreciendo información sesgada en lo que concierne al «sórdido mundo» del boxeo. Se saltan así la socorrida imparcialidad que debe regir la información que ofrece un medio de comunicación que se precie. Esta declaración más parece el capricho particular de un personaje sórdido y avieso que la decisión de un equipo editorial profesional.

Lo cierto es que esta gente mueve mucho dinero e influencias en las altas esferas políticas y económicas del país, donde el hecho de cambiar de sitio una carpeta puede suponer la ruina de varias familias o el crecimiento económico de una multinacional. Tan cierto como que ninguna apuesta mediática por el boxeo triunfa en nuestro país. El miércoles que viene cierra la única cadena que emite boxeo en diferido y en directo en España: casualidad, mano negra, mala gestión, pésima audiencia, intereses cruzados, decadencia del pugilismo, anunciantes que se retiran…

Mientras unos ríen y otros lo lamentamos, veamos algunas de las quejas y burlas de que ha sido objeto este diario de tirada nacional durante el paso de los años por su contumacia en sólo informar negativamente de boxeo.

En 1997 un lector pedía explicaciones sobre esta filosofía (más que política editorial) del diario. La respuesta del defensor del lector era artera y torticera, es la contestación de una persona que pretende mantener su caché y no quiere dejar de percibir su soldada, lo que nos parece lógico y hasta coherente (no la respuesta, sino el evitar ser despedido).

En 2009 el Gran Wyoming se mofaba de la doblez de la dirección de El País por permitir (y cobrar a buen seguro) por el anuncio de una ficticia velada de boxeo. También se hacían eco del desliz en el blog ‘A la nevera’, con un post donde además destacaban otras contradictorias fallas en la filosofía editorial del periódico.

El libro de estilo de este rotativo ha sido modificado en 2009 y no han levantado su censura al boxeo. Desconocemos si en estos cuatro años han variado su sórdido veto hacia los deportes de combate, pero como decís en el chigre, «va a ser que no».

Nosotros no os vamos a pedir que vetéis a El País, el diario de PRISA (entre otras cosas porque nos dijeron que está prohibido pedir públicamente un boicot, y porque declinamos ser tan talibanes como ellos), pero ya lo sabéis: si decidís comprar o/y leer El País no esperéis leer allí noticias de vuestros deportes favoritos. «Se mueven en un mundo sórdido».

2 comentarios en “No tenemos libro de estilo

  1. […] nada vamos a conseguir maldiciendo libros de estilo que vetan el boxeo y presupuestos económicos que cierran la única cadena que ofrecía boxeo en […]

  2. […] unos meses os explicábamos que El País, ese diario de tirada nacional, se la tiene jurada al boxeo. No publican sino aquello de denigra y desprestiga al arte de las doce, ahora dieciséis […]

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