Ya tocaba documental

Os vamos a poner un documental altamente emotivo con el que vais a seguir durante unos meses los pasos de Santos, Junior y Cristian, tres niños cubanos que boxean en La Habana de Fidel Castro. Lloraréis, reiréis y haréis ambas cosas a la vez a no ser que seáis un tronco, claro.

El documental es tremendamente duro (deberían ponerle dos rombos). Muestra el día a día de la vida en Cuba para unos niños cuya mayor ilusión es ser campeón olímpico.

El filme muestra las cosas tal cual son en Cuba: y son bastante descarnadas. Con la dura exposición llegarán las críticas, por supuesto. Pero ya dijimos con motivo de los dos documentales que os pusimos sobre el thaiboxing y los combates de niños en Tailandia que a una sociedad no se la puede juzgar desde fuera, sea en el tiempo o sea en el espacio.

Si queréis echarle la culpa al gobierno cubano no olvidéis echársela también, a partes iguales, al gobierno estadounidense, cuyo bloqueo ha modelado en Cuba situaciones como la que nos muestra la BBC Four.

Por cierto, que el documental está destinado a un público de habla inglesa, pero la mayor parte del tiempo entenderemos perfectamente a los protagonistas, aunque cuando abusen de su gracejo cubano deberemos «rebobinar» para darnos una segunda oportunidad. En los textos en inglés que no descifréis os podéis inventar lo que ponen, que no os vais a perder nada. Pero os traducimos el comienzo para que entréis en materia. El logo «Kidult» es un portmanteau de «kid» (chico) y «adult» (adulto). Vendría a ser algo así como «Niñadulto». Luego el texto dice: «Durante los últimos cuarenta años una pequeña isla ha dominado el boxeo olímpico. La isla es Cuba». ¿Veis como es fácil?

Para nosotros (sí, nos vamos a mojar) el boxeo cubano de niños es la evolución perversa de un sistema que en un principio pudo haber sido entendible, pero donde la necesidad de ganar lo ha desvirtuado todo: los duros entrenamientos (nos han estremecido las imágenes de cómo utilizan el cajón que forman las escaleras para subir al ring), la obsesión por mantener el peso en unos niños que están creciendo (cómo se destapa el error de Santos con las empanadas), el padre que carga sobre su hijo responsabilidades que están más allá de sus capacidades («si tú no me ayudas a mí estamos perdidos»), la madurez en la mirada y en las expresiones que caracterizan a los tres protagonistas (la definición del hambre que siente dada por Santos, quizá el más protagonista de los tres), la resignación de la sonrisa, las lágrimas que se escapan…

Que nadie finja llevarse las manos a la cabeza. En la Europa moderna y en la Norteamérica civilizada niños de 12 años compiten con motos que alcanzan los 120 Km/h. Eso sí, cuando uno de los nuestros se estrella y se mata lo llamamos accidente. También en la España actual tenemos muchos, pero muchos padres que ansían poder retirarse anticipadamente si su hijo le sale un futbolero de aúpa. Y cargan sobre ellos las responsabilidades familiares. Pero para que nos juzguen pedimos que se nos entienda desde aquí, desde dentro. Recordad que la aspiración de estos niños no va más allá del boxeo aficionado y de la gloria de su país (sobre esto último hay mucho que discutir, pero no toca en esta bitácora).

Que nadie tenga la desvergüenza de ir a decirles a estos niños que el boxeo es un arte; el boxeo es una forma de ganarse la vida, y el que no triunfe seguirá la línea que el destino le tenía trazada al nacer. No se puede cambiar de carril en mitad de la autopista que es la vida. En Cuba sólo es posible hacerlo al comienzo, cuando se es niño.

Y el que se escandalice, que haga algo. Que apadrine un niño en vez de criticar desde la comodidad de su casa algo que le pilla muy lejos. «Las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran» (la frase no es nuestra; se la oímos a un político asturiano —aún en ejercicio— hace más de una década, cuando aleccionaba así a su ahijada de 11 años que no quería ir a la escuela).

Os dejamos la traducción del texto que acompaña al documental:

Película documental que sigue las historias de tres jóvenes aspirantes cubanos a través de ocho dramáticos meses de formación y educación, mientras se preparan para el evento más grande de su vida hasta el momento, el Campeonato Nacional de Boxeo de Cuba para menores de 12 años. Sin embargo, durante la temporada, sobrevienen algunas crisis: Fidel Castro se enfermó y todos los campeones de boxeo olímpico de Cuba desertaron a los EE.UU. A medida que el campeonato se acerca, la Cuba en que se les ha enseñado a creer a los muchachos se encuentra en una encrucijada histórica.

Un comentario en “Ya tocaba documental

  1. Información Bitacoras.com

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