Un kickboxer británico que brilló por los años noventa. Un tipo duro con una tarjeta de cien combates y más del 80% de victorias, de las cuales la mitad por la vía del nocaut. Y un tipo de una fisonomía cuando menos peculiar: con 1’90 m de altura sembró el terror entre los 69’800 kg y los 74’800 kg.
Verlo en acción era una delicia, y más cuando era joven y abusaba de su patada frontal. Con el paso del tiempo su kickboxing se fue adaptando, como les pasa a todos, para economizar sus energías, lo cual le dio algún que otro susto.
En este combate lo vamos a ver en el marco de un Inglaterra vs USA, enfrentándose a Mike «Cobra» Cole. Su estampa, impresionante frente a los rivales que se encontraba en su peso, no está tan bien aprovechada como sería de desear, pero no cabe duda de que Kash Gill consigue ser efectivo.
Por si os quedáis con ganas de ver algo más de este kickboxeador, aquí le tenéis midiéndose a Ronny Hinterseer el campeón australiano, con ayudita arbitral incluida, como veréis a los 2:10 minutos. Pero hay que saber sufrir, levantarse y seguir.