A estas alturas de la película ya todo el mundo sabe del poder de los lowkicks. Sólo esa patada cambia la concepción del combate; de hecho, ahí estriba la diferencia entre el kickboxing americano y el kickboxing oriental.
Ya sabemos de luchadores que siendo buenos en el antiguo fullcontact (kickboxing americano) no se atreven a debutar en kickboxing oriental. Tal vez hayan probado en el gimnasio lo que significa la permisión del lowkick, y cómo sus patadas por encima de los hombros pierden sentido.
A nosotros tanto nos gusta un buen combate de kickboxing sin lowkicks como uno bueno con lowkicks. Pero parece ser que en este mundillo se tiene la sensación de que «se es más completo» si se es capaz de pelear con lowkicks. El boxeo americano o fullcontact ha quedado en un segundo plano, más aún después de la popularidad alcanzada por el sistema K1.
Tampoco descubrimos nada si aseveramos que Rick Roufus es un grandísimo competidor de kickboxing. Algún día os hablaremos del contínuo Wallace – (Wilson) – Theriault – (Kaman) – Roufus. Se trata de cinco leyendas del más altísimo nivel del peso supermedio; los retirados hace más tiempo están alcanzado el estatus de mito viviente.
Roufus es un peleador de full contact. Patea a la cabeza con la misma facilidad y rapidez que golpea de puños, prácticamente desde cualquier distancia y desde cualquier posición. Y lo hace con potencia. Sus patadas son temibles, y sus puños también. De hecho, tiene un récord de boxeo profesional de 13(11)-5(3)-1.
Jérôme Le Banner es conocido por sus combates de K1. Antes lo fue por sus inicios en kickboxing oriental, peleando contra púgiles legendarios como Peter Aerts o Ernesto Hoost. Le Banner tiene un aspecto de titán: potentes piernas, cuello colosal, enormes brazos, torso inabarcable… pero lamentablemente su mandíbula no tiene la misma consistencia. Sus lowkicks parecen demoledores, sus middlekicks se estiman más que aceptables, su boxeo podría ser más sólido. Su defensa, empero, deja mucho que desear. Con todo, se trata de un peligroso adversario. Aunque te falle un crochet, sólo con el aire ya te constipas…
Y sí: alguien tuvo la ocurrencia de convencer a Rick Roufus para que ganara buen dinerín en el K1 y la osadía de cruzarlo con Jérôme Le Banner. Dos trenes lanzados uno contra otro en la misma vía, en el mismo cuadrilátero. El choque fue abracadabrante (lo hemos consultado… ¡esta palabreja existe!). Y nosotros os lo hemos buscado y os lo dejamos a tiro de enlace. (¡Ah!, se nos olvidaba… ¡ambos son zurdos!).
¡Extra bonus…! Por sernos fiel, te dejamos aquí otro combate de Le Banner, también en K1, contra otro grande: Ray Sefo.
Y como estamos que lo tiramos, otro bonus extra más de Le Banner; esta vez contra el incombustible Ernesto Hoost.
[…] Os recordamos lo que le ocurrió también años más tarde, el 7 de septiembre de 1997, cuando se dejó seducir por el dinero del K1 y le enfrentaron a Jérôme Le Banner. Os lo trajimos no hace mucho a Touch Gloves. […]