La paciencia es una virtud, escribió William Shakespeare —según se cuenta en un viejo chiste—. Y esta virtud la atesora Juan Manuel Márquez.
Son los protagonistas los que os van a contar la historia: el señor Nacho Beristáin y el propio Juan Manuel Márquez. El vídeo es de los que dejan buen sabor; un documental que dura lo que un largometraje.
Así pues, coged vuestro bol de cereales (mejor Muesli que esos chocolatados y azucarados para niños) y un par de yogures (también vale si atrapáis un par de cervezas) y arrellanaros en vuestro mejor asiento para ver un documental que desde el primer minuto te mete en las botas del campeón del mundo Juan Manuel Márquez, y todo por gentileza de Flaria, que es quien nos ha enviado el enlace.
Enseguida sabréis por qué os hemos dicho que hay que hacer gala de esa virtud que es la paciencia, y es que a Márquez nadie le ha puesto las cosas fáciles. Estuvo mucho tiempo a la sombra de otros púgiles más taquilleros que no mejores boxeadores, pero él no desesperó y supo aguardar su momento llegando incluso a cambiar sus planteamientos más básicos sobre la concepción del boxeo.
Descubriréis también que Juan Manuel Márquez fue un muy buen estudiante con unas notas estupendas, y que tiene estudios superiores, algo así como contable o tal vez asesor financiero, que los nombres de las titulaciones en México no siempre guardan relación con los nombres que damos en España.
El documental sigue a Juan Manuel por la gira que realiza antes de su tercer combate con Pacman Pacquiao, y presenta a ambos púgiles como personas sencillas, sin tantas alharacas como vemos en las ruedas de prensa y sin las acostumbradas fanfarronadas de los staredowns (los cara a cara que se dan en las presentaciones de combates o en los pesajes).
Que disfrutéis con las declaraciones de estos dos maestros del ring y de la vida que no tienen necesidad de llamar la atención con salidas de tono ni jactancias para que su imagen perdure en la memoria de los aficionados.