Antes conocido como Buakaw Por Pramuk, con una tarjeta de 210-21-12, el tailandés se enfrentaba ayer mismo, domingo día 6 de octubre, al japonés Yoshihiro Sato en el Arena Xebio, de Sendai, en Japón (sí, en Sendai, ciudad costera donde arribó el terrible maremoto que asoló la costa este de Japón hace dos años y medio, 108 kilómetros al norte de la central nuclear de Fukushima).
Buakaw es el número 2 del mundo en el peso superwelter (154 lb, 69’900 kg) y Sato el número 18, siendo el italoarmenio Giorgio Petrosyan el número uno mundial.
Yoshihiro Sato tiene un récord de 53-20, y todo hacía prever que sería una gran pelea bajo las reglas del novedoso Max Muay Thai, es decir, kickboxing más rodillazos y proyecciones, sin que se permita permanecer agarrado más de los segundos necesarios para proyectar. Buakaw había ganado a Sato en dos de las tres peleas en que se habían enfrentado con anterioridad. Este cuarto combate entre ambos era el enfrentamiento estelar del MAX Muay Thai 4. Esto del Max Muay Thai es otro invento parecido al K1 en el que sólo hay cuatro hombres por peso y torneo («4 man»), es decir, semifinales y final.
La pelea careció de ritmo, fue deslucida y un tanto aburrida. Los fans fanáticos de Buakaw quizá vean algún detalle técnico inapreciable para los demás. A nosotros nos ha parecido una pelea decepcionante. Vale que las patadas cansan más que los puñetazos y que los combates de kickboxing a largas distancias tienden a convertirse en un remedo del boxeo, pero que una pelea de este calibre se despache en tres asaltos nos parece poco menos que una burla al aficionado.
Son las reglas del K1 (o del Max Muay Thai), que tanto daño a hecho al kickboxing desde nuestro particular punto de vista. Para presenciar peleas en torneos de un día los japoneses ya tienen el kyokushinkai. El K1 es un kyoku con guantes y puñetazos a la cara. Todo esta ceremonia de la confusión no augura nada bueno.
El K1 ha llegado para quedarse, como así lo indican los yenes japoneses que traducidos a eurodólares reconocemos que son tentadores para los kickboxers. Pero ahora mismo el mercado de los deportes de combate se divide en boxeo, MMA y K1; y de las tres versiones, la del K1 es la más insípida (y para esto del Max Muay Thai lucen tres cuartos de lo mismo).
No nos gusta el K1, como ya hemos dicho en varias ocasiones en esta página, y menos nos gusta aún la parafernalia que lo rodea; no nos gusta el MMA, pero reconocemos que le vamos cogiendo el gustillo al menos a algunos combates; y tampoco nos gusta el boxeo macarra, y por suerte no todos los púgiles son cañoneros que se paran frente al otro destructor para intercambiar palos.
Ante esta triple oferta más que suficiente para el aficionado, los emperadores del yen deberán buscar una nueva fórmula para su producto, porque el público al que le gustan los deportes de combate ya tiene cubiertas sus expectativas con los trepidantes combates de MMA y los planificados combates de boxeo a 6, 8 ó 10 asaltos, cuando no los títulos mundiales a 12 rounds. Y el Max Muay Thai no va a ser la solución… es ridículo que Buakaw Banchamek pelee a tres asaltos.
Desconocemos si alguien más ahí fuera del blog, al otro lado de la pantalla, comparte nuestra opinión, pero en tanto el tiempo nos da la razón, aquí os dejamos a todo un Buakaw peleando a tres asaltos contra Sato… como hacen los amateur…
Información Bitacoras.com
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