Hubo un tiempo en este país en el que de cualquier hombre especialmente fuerte se decía que era un ‘Urtain’, igual que se dice «fulano está hecho un Sansón», «mengano es un Maciste», o «zutano es más fuerte que Tarzán». Si la odisea de José Manuel Ibar «Urtain» llega a transcurrir en esta época, sin duda el término hubiera sido admitido en el Diccionario de la RAE como sinónimo de hombre extremadamente fuerte.
A los más jovencitos (y jovencitas, que ya tenemos varias seguidoras) estos patronímicos o apelativos os sonarán a chino mandarín, pero seguro que habéis dicho en más de una ocasión «perengano está tan cachas como Suarseneiguer» (Schwarzenegger) o «robiñano está hecho un Tyson».
Y es que el fenómeno Urtain, en un país en el que sólo existían dos canales de televisión (y el segundo comenzaba a las ocho de la tarde, cerrando ambos la emisión a medianoche), en un país donde el boxeo eran tan seguido como el fútbol, en un país donde nuestro deporte ocupaba páginas a toda plana en los diarios generalistas (deportivo tan sólo se editaba el As, que podamos recordar), en un país donde cualquier boxeador profesional que se preciara aspiraba como mínimo a ser campeón de Europa, en un país menos mojigato que éste, abandonado a manos de menguados, el fenómeno Urtain, decíamos, concitó la opinión pública durante varios años. Como anécdota, recordemos que popularmente en la era pre-hamburgueserías se llamaba un ‘Urtain’ a un buen filete de buey o ternera con huevos fritos y guarnicionado abundantemente de patatas fritas.
Algún libro hubo en el que se pretendía que la carrera del púgil vasco era toda un tongo. Difícilmente puedan amañarse 31 combates consecutivos, ganando entre tanto dos veces el campeonato de Europa, una de ellas por KO en el séptimo asalto y la otra por puntos en quince rounds. Aunque justo es admitir que los grandes pesos en el Viejo Continente no podían equipararse a comienzos de los años setenta a los Alí, Frazier, Foreman y Norton que por aquel entonces reinaban al otro lado del Charco.
Y ahí tenéis al Morrosko de Cestona: sus primeros 31 combates fueron disputados en menos de dos años, la inmensa mayoría ganados por nocaut en el primer y segundo asalto. ¿Que al comienzo se eligieron sus rivales…?, puede ser; hoy en día es práctica aceptada y casi generalizada. Recordemos que José Manuel Ibar «Urtain» llegó tarde al boxeo tras una brillantísima carrera, batiendo todos las plusmarcas de la época, como harrijasotzaile (levantador de piedras). Urtain realiza su primer combate profesional a los 25 años, y creemos recordar, con esta memoria nuestra cada día más feble, que sin boxear como amateur.
José Manuel Ibar fue portada en julio de 1970 de la prestigiosa revista The Ring con motivo de su vigésimo octavo nocaut consecutivo (el enlace os lleva a eBay y ahí podréis comprar la revista por 18 dólares americanos; cuando la vendan, se acabó el enlace). De Urtain dijo el reputado analista de boxeo americano Nat Fleischer, editor de la mítica y ya citada The Ring: «Nadie que haya ostentado el título mundial del peso pesado podría igualar las hazañas de fuerza de Urtain». En 1971, Muhammad Alí visitó España para realizar una exhibición boxística con el argentino Goyo Peralta; Urtain subió al ring y levantó a Alí sobre su cabeza como si «El más grande» fuera una pluma.
Y hasta aquí nuestra pequeña crónica a modo de introducción. Os vamos a dejar con un documental de su vida grabado hacia 2004. Para los que no conocéis nada de su biografía os diremos que el filme comienza por el final… Final que todos los viejos del lugar conocemos… Este púgil vasco disputó un total de 71 combates, con un récord de 56(41)-11(6)-4. Por supuesto su palmarés profesional lo encontraréis en la impagable página BoxRec, para quienes Urtain pasa a ser el apellido de José Manuel y no su nombre pugilístico.
Aaaaah… ¡Rayos! Teníamos guardado el enlace pero ahora nos topamos con que han eliminado el documental archivado en un único corte. Os tenemos que enlazar, pues, la cinta fragmentada en seis trozos. Lo sentimos, pero tened paciencia. De verdad que el documento merece mucho la pena ser visionado. Una biografía de la que necesariamente vais a extraer vuestras propias conclusiones. Una historia digna de ser contada… y escuchada con respeto.
(Actualización del 16.03.2014: trasteando por ahí hemos vuelto a encontrar un enlace al documental sin cortes… Os lo dejamos al final de los seis trozos que ya os ofrecíamos aquí, por si acaso en el futuro alguno se cayera de la Red).
Urtain es una leyenda y es una lástima que no seamos capaces de hacer nada por mantener y elevar su imagen y su memoria… La de él y la de tantos otros campeones de boxeo españoles. Nosotros guardamos alguna idea al respecto, pero tenemos tan escaso poder de convocatoria que resulta utópico pensar que podamos llevarla a efecto.
Pero repasando este documental sobre José Manual Ibar «Urtain» nos hemos dado cuenta de que hablan los demás y apenas él. Ahora vais a tener ocasión de conocerle ya retirado, gozando aún de enorme popularidad entre sus compatriotas, en una entrevista con la diva del periodismo español de finales de los años ochenta, la guapísima Mercedes Milá, que nos tenía enamorada a media España (sí, la misma Mercedes Milá del horripilante GH actual). Comparte Urtain el plató con otro grande: Iñaki Perurena, el harrijasotzaile que pulverizó las plusmarcas del Morrosko. Corría el año 1989, y vais a ver un Urtain, ameno, ocurrente, amante de sus dos grandes pasiones: la piedra y el boxeo, lúcido tras 71 combates en el peso pesado, doce años después de su última pelea de boxeo.
[…] apareció en la cinta “Juguetes rotos” de Manuel Summers, de Urtain os dejamos hace meses el artículo ahí enlazado. España paga a sus hijos sobresalientes […]