Es lo que ocurre cuando te llega una de esas manos secas… cuando vuelves a abrir los ojos estás sentado en el suelo. No es una sensación agradable, al menos la primera vez, que a todo puede acostumbrarse uno, pero hay hábitos que se vuelven nocivos.
Es lo que ocurre cuando te llega una de esas manos secas… cuando vuelves a abrir los ojos estás sentado en el suelo. No es una sensación agradable, al menos la primera vez, que a todo puede acostumbrarse uno, pero hay hábitos que se vuelven nocivos.