Volvemos a la serie ‘What a punch’, recopilaciones que versan sobre golpes únicos que dan con el rival en el suelo. Debemos deciros que la quinta parte no hace honor al título, aunque tal vez lo haga al subtítulo: «15 puñetazos épicos». Pero antes cabría definir qué es épico.
Desde luego en la quinta parte hay golpes dignos de recapitular, pero la mayor parte son puñetazos que abren camino a la «terminator serie», pero no los englobaríamos en el epígrafe de un sólo golpe. Eso sí, son épicos por lo que significaron y por quiénes eran los contendientes. Sin embargo la sexta parte retoma el hilo conductor, un único porrazo: ¡Boum!
Y ahí podréis ver mazazos históricos y épicos. Ya el primero de la selección de trallazos es sorprendente. Luego podréis ver el intercambio de knock downs con que se regalaron Chris Eubank y Michael Watson, con la fatídica última mano para Watson. Tenemos preparada para uno de estos días una entrada sobre los británicos Eubank, Watson y Benn. Nuestro preferido era Eubank, curiosamente el que no gustaba a nadie de nuestro entorno. Benn era un pegador; Watson fue un técnico al que le pesaba la mano; Eubank era un provocador, chulo… Bueno, bueno, que ésta no es la entrada que tenemos preparada… Para no dejaros con la miel en los labios os diremos que la grandeza de Chris Eubank radicaba en su enorme capacidad para anticiparse… Era un boxeador «cobra», con una picadura relámpago que fulminaba a sus rivales, porque también le pesaba la mano.
También vais a ver en este sexto vídeo la caída de Nigel Benn fuera del ring a manos de Gerald McClellan, boxeador que ya os presentamos hace meses. Y de postre os sirven la sentada de Muhammad Alí a manos de un modesto pero enorme Henry Cooper (en el vídeo llaman Clay a Alí porque aún no se había cambiado el nombre). Antes veréis a Edwin Valero ahuecando las piernas de Antonio Pitalúa, combate que ya os presentamos en su día. Entre otros bombazos célebres en esta sexta parte no dejéis de ver el trompo con el que Tyson tumba en la lona cuan largo es a Larry Holmes. Una mano con una trayectoria indefinida pero que llega. ¿Hay que preguntar algo más? No, con saber que llega y hace estragos es suficiente para entender que se trata de una mano de maestro. Para los puristas… fue un golpe híbrido entre un cross y un swing aunque sin estirar el brazo. Le pega con todos los músculos en tensión (hasta los de las cejas), haciendo un bloque. Una mano perfecta. Poned los altavoces… el sonido ya sobrecoge: ¡CROCK!