Una vez más disfrutamos de una noche toledana en el Bar Acordeón Versalles, entre amigos y entendidos de boxeo. Nos atendieron de maravilla. Lástima la tontuna que le entró a Gamboa, que se fue a con la guardia baja y la cara por delante a por Crawford.
Decididamente va ser verdad que este peso le viene grande al cubano (o él es pequeño para la división). Crawford tuvo paciencia y en cuanto entró su primer misil el combate comenzó a estar visto para sentencia. Si Gamboa hubiera conservado la calma… Ya, y si la vaca de mi vecino tuviera garras sería un fenómeno.
Aguardamos con ansia la noche del Canelo contra Lara, que a buen seguro también será transmitida por marca.com, o al menos eso esperamos. Si comentaron algo en el directo, no nos enteramos, porque en el Acordeón había ambiente de sobra como para no atender a los comentarios de la productora.
A la vuelta paramos con la Peña boxística a desayunar en la cafetería de la RENFE de Oviedo. Volvimos con el sol fuera y la sensación de que el árbitro bien pudo no haber parado el combate, o de que tenía ganas de pararlo a la primera excusa. ¡Quién sabe!