Sé que estabais esperando este combate, así que entraré rápidamente en materia. La consagrada estrella, el armenio Giorgio Petrosyan (85(35)-2-2), afincado en Gorizia (Italia, en la frontera con lo que fuera Yugoslavia, hoy Eslovenia) desde antes del inicio de su carrera kickboxística, se fue a pelear hasta Milán, que fue la primera ciudad italiana que pisó tras su entrada ilegal en el país cuando tenía 13 años. Dura la vida de este gran kickboxer que nos ha regalado muchas buenas peleas. El récord que nos sobreimprimen no coincide con otras fuentes consultadas, pero del caos que preside los deportes de kickboxing no se puede esperar otra cosa.
Antes de presentar al alemán Enriko Kehl quiero decir que me parece una tomadura de pelo en toda regla el despliegue de luminotecnia y música extravagante, con rapero incluido, para que la pelea estelar, el main event que dicen en inglés, se quede en la distancia de 3 asaltos de 3 minutos, cuando cualquier combate de boxeo thailandés profesional es de 5×3. Si tienen que pelear con menos frecuencia, que lo hagan, pero ya he dicho en otras ocasiones que 3 asaltos no dan para comparar la condición física ni para ver estrategia ninguna.
Enriko Kehl aparece aquí con un récord de 36(21)-7-1, y poco más hay que decir de él porque acabáis de verlo hace poco en este blog en su última actuación ante Erkan Varol.
El combate se disputó el pasado sábado 11 de abril en el Mediolanum Forum, de Milán, en Italia ( como ya os he anticipado), en el marco del Oktagon 2015. Se trata de un pelea entre dos zurdos donde de nuevo Enriko Kehl goza de mayor envergadura ante el gran oficio que puede oponer el italoarmenio.
Tras un primer asalto donde varios crochets de derecha (por ambas partes) hacían presagiar un knock out tempranero, pero que sin embargo se perdieron silbando por delante y por arriba de las respectivas cabezas, se llegó a un segundo asalto dominado muy claramente por Petrosyan.
Kehl bajó el ritmo tras realizar un spinning back fist que debió costarle algo más que una advertencia arbitral y la desconcentración que aparentemente sufrió. A pesar de su mayor envergadura, los jabs de derecha de Petrosyan llegaban claros a su rostro.
Y poco más que contar porque tres asaltos dan para muy poco. El combate se fue a la decisión de los jueces que dieron su veredicto por mayoría. Uno de ellos, miedoso tal vez, tuvo que dar un asalto nulo porque no hubo ningún knock down.
Tampoco el árbitro anduvo muy profesional. Debía de estar viendo el combate en lugar de arbitrarlo, porque con la más de media docena de segados que se produjeron no limpió ni una vez el cuero que tocaba la lona para eliminar partículas que desde el suelo pueden adherirse a los guantes y acabar en los ojos de cualquiera de los boxeadores.
Aquí os dejo el combate donde yo vi un claro ganador.
Bonus:
Como imagino que esta pelea os va a dejar sedientos (nada ha faltado para que me diera un cabreo —y eso que no pagué la fortuna de los que cenaron a pie de ring— porque cuando el combate comenzaba a entonarse se acabó), os dejo la penúltima pelea de Petrosyan antes de subir al ring de Milán. Se enfrentaba a nuestro viejo conocido el surinamés Andy Ristie. El combate se escenificaba el 23 de noviembre de 2013 en el marco del GLORY 12 disputado en New York. Como se trata de un vídeo que permanece oculto por decisión del propietario, os dejo aquí el enlace para que lo veáis directamente en el Youtube. Atentos al desenlace.