116-112; 118-110; 116-112

Ambiente de gala en el MGM de Las Vegas para acoger al último combate del siglo. No recuerdo ninguna pelea por el título en el que los dos mejores y más solicitados ringannouncer compartieran micrófono: Jimmy Lennon Jr. y Michael Buffer actuaron ambos como maestros de ceremonias.


Jimmy Lennon Jr.

Michael Buffer

Combate complicado de enjuiciar con las cartulinas en la mano. A bote pronto me parece que a Dave Moretti no le dieron un buen asiento (conste que los combates, vistos desde otro ángulo, suelen dar una impresión diferente, pero no como para otorgar a Pacquiao únicamente dos asaltos ganados).

Combate controvertido sobre todo para los fanáticos que querían que ganara un maestro de boxeo sobre el otro. Y es que así no hay manera de enjuiciar nada ni de razonar con nadie. Pensemos que los dos primeros y los dos últimos rounds los ganó claramente Mayweather (el segundo por escaso margen, pero lo ganó claramente). ¿Es que de los ocho que quedan el de Grand Rapids no ganó tres rondas más?

No he puntuado el combate, entre otras cosas porque no se disfruta igual. Sólo se está atento a las manos y no a otras delicatessen como fintas, esquivas, desplazamientos, combinaciones… tácticas, estrategias, tempos…


Sale Pacquiao

Pero me da que al menos Mayweather sí ganó siete asaltos. Así pues, un 115-113 quizá hubiera sido lo más justo. Conste que al finalizar la pelea pensé que iban a dar nulo. Luego pensé que no se atreverían a quitarle los dos ceritos a Mayweather. Y dejé de elucubrar en esa línea porque entonces no merecía la pena pasar una noche toledana.

Anticipé que ambos estarían más pendientes de no dar comodidades al rival que de encontrar su distancia. Mayweather no lució como otras veces. Pacquiao tampoco lo hizo como antaño.

Mayweather estuvo muy activo en defensa pero demasiado pasivo en ataque y contraataque, con lo que sacó muy pocas manos, aunque la mayor parte llegaban al objetivo. Pacquiao sí estuvo más activo en ataque, pero la mayor parte de sus golpes o no llegaban o se estrellaban contra los guantes y los brazos del moreno. Ninguno de los dos dejó que su rival hiciera lo que quería. La frustración de Mayweather era no poder contragolpear a un blanco tremendamente rápido. La de Pacquiao era no atrapar una sombra tremendamente elusiva.


Sale Mayweather

Pero ambos tuvieron gestos de maestros del boxeo. Bajar la guardia y esperar a Pacquiao contra las cuerdas y salir vivo sólo lo puede hacer Mayweather. Replicar a los jabs relampagueantes de Mayweather y llegarle claramente sólo lo puede hacer Pacquiao. Pero no siempre se daban estas fruslería. A medida que transcurre el combate ambos contendientes van aprendiendo de su rival, y estos dos aprendieron rápido como alumnos aventajados el uno del otro.

El combate no fue un intercambio de palos como los ignorantes del boxeo —que hay muchos por esos gimnasios de dios— propugnan: llevarse dos manos para intentar meter tres es mal negocio. Allá ellos y allá sus incautos pupilos.

El combate hizo honor a su título: fue otro de los combates del siglo, aunque lo más seguro es que nadie lo vote como pelea del año. Y es que no se habla de lo mismo. Fue un muy buen combate, fue un duelo de voluntades, fue un toma y daca en el terreno táctico (los golpes se ven; para ver la táctica hay que estar atento; la estrategia no se ve, se alcanza).


Toe-to-toe en el centro del ring

En definitiva, ganó Floyd Mayweather Jr. con justicia, pero a mi modo de ver no con la justicia que han aplicado sus señorías. Cuatro asaltos de diferencia (Mayweather 8 y Pacquiao 4) se me antoja algo excesivo. Ocho asaltos de diferencia (Mayweather 10 y Pacquiao 2) creo que es una injusticia. Mi impresión es un 115-113, es decir, Mayweather ganó 7 rounds y Pacquiao 5. Ajustar más sería conceder un nulo, seis asaltos para cada uno, que no me lo pareció.