Una actitud lamentable

Los excesos nunca pueden ser justificados, y en el boxeo y el kickboxing, deportes de caballeros, con menor motivo aún.

El respeto a los demás debe imponerse ante cualquier alteración en el ánimo del púgil. Quien no sepa contenerse y dé rienda suelta a sus impulsos más primarios debería pensar que hace un flaco favor a estos deportes.

El autocontrol y el dominio de sí mismo es una disciplina inherente a los deportes de combate.

Ayer mismo se disputaba la corona mundial del semipesado del WCB en Canadá, entre el campeón Chad Dawson y el aspirante, afincado en ese país, Adonis Stevenson.

El resultado ha sido una fulminante victoria del retador que ha prorrumpido en una explosión de júbilo desmesurada y fuera de tono.

Ni respeto al rival vencido, ni saber estar dentro del foco de atención del público. Una imagen pésima que dice muy poco del carácter de un campeón mundial.

Quizá haya a quien pueda parecer excesiva nuestra reprimenda, pero semejante manifestación de alegría sólo cabe darse en espíritus inmaduros o/e inseguros.