Otra de Enriko Kehl

Nos habéis parado por la calle estas vacaciones semanasanteras para encomiarnos la excelente performance desempeño (que luego me llaman pedante…) de Enriko Kehl en el combate que os pusimos la semana pasada.

Los comentarios están cerrados desde que ciertos ñúes amparados en el anonimato llegaron al insulto provocador y a la vejatoria irrespetuosidad. Afeaban esta conducta los romanos: in pace leones, in proelio cervi (¿volverán a decir que soy un pedante…, o será que no les alcanza el cociente?). Por culpa de estos inciviles ahora habéis de mandarnos un email o un guasap (mejor Telegram), hacernos un ring o pararnos para tomar unas birras y ver en el pepino (vulgo smartphone) los combates que nos hacen palpitar la almeja (diminitivo de alma).

Nos decíais más de uno y de dos que os ha gustado mucho Enriko Kehl pero también que el turco no parecía rival de mucha enjundia a pesar de que atestigua cien peleas. Y es que a los púgiles hay que verlos con diferentes contrincantes, porque no es que el que toca en suerte sea malo, sino que se te puede dar bien el sistema de A mientras se te da mal la forma de pelear de B a pesar de que A se coma a B ochenta de cada cien veces.

Pues aquí os dejamos al germano Kehl enfrentado al as de oros… o de diamantes si os va más el póquer que el tute (y hablando de juegos… no dejéis de visitarnos en el otro subdominio de este dominio).

Lo dicho, la final 2014 del K1 World MAX: Buakaw Banchamek vs Enriko Kehl (que siii, el Buakaw de sieeempre…). Ésta no os la comentamos para que saquéis vuestras propias conclusiones y así lo discutimos cuando nos veamos, que también mola contrastar opiniones.